LaProfe
Merodeaba por un basurero del mercado de Cúa, en las afueras de Caracas, cuando fue rescatada por una profesora (de ahí su nombre). Llegó a Proyecto Nala con una gusanera en una pata trasera que le dejaba expuestos los huesos de los dos dedos centrales. Su estado era tan débil que hubo que esperar a que se recuperara para ingresarla a quirófano y amputarle los dedos. Aun así, hoy camina bien y disfruta mucho jugar con la pelota. Aunque LaProfe no tolera que ningún miembro de la manada se acerque a su plato de comida, es dócil a la voz de mando de Ann.
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