Subiendo por la carretera hacia El Junquito (parroquia caraqueña), Ann vio desde lejos algo blanco que se movía entre los carros que iban delante. Se trataba de una cachorrita recién nacida, con el cuerpo blanco y la cabeza oscura. Cerca de ella, abandonados en la cuneta, estaban otros siete perritos. Los ocho fueron rescatados y atendidos en el refugio. Una vez vacunados, desparasitados y esterilizados, seis fueron dados en adopción. Con nosotros se quedaron Sandy –esta perrita valiente que “dio aviso” de dónde se encontraba toda la camada– y su hermanita Foosey. Sandy es una perra muy inteligente y dinámica.